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Un fármaco para el insomnio podría combatir el Alzheimer

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Un grupo de investigadores de Estados Unidos ha observado una posible conexión entre la calidad del sueño y el riesgo de desarrollar esta enfermedad.

A pesar de todos los esfuerzos que a lo largo de décadas se han realizado para frenar su avance, la ciencia todavía no tiene una respuesta concluyente sobre cómo tratarla, mucho menos existe una cura.

No obstante, se sigue trabajando –gracias a las investigaciones– para intentar derrocarla. Por ejemplo, recientemente, un grupo de científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis Missouri, dio a conocer, a través de un trabajo de investigación publicado en la revista Nature, que la calidad del sueño está relacionada con la probabilidad de desarrollar Alzheimer.

En este sentido, se ha observado una posible relación entre la calidad del sueño y el riesgo de desarrollar esta enfermedad, aunque aún no se sabe con certeza si los trastornos del sueño son causa o consecuencia de los primeros cambios cerebrales. Y un medicamento recetado comúnmente para combatir el insomnio, llamado Lemborexant, podría ayudar a prevenir su avance, al menos, por ahora, en ratones.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo, cada año, se registran 10 millones de nuevos casos de demencia, y el Alzheimer es la causa más común.

Esta enfermedad -que podría ir en aumento por la alta esperanza de vida– suele definírsele como un trastorno neurodegenerativo progresivo que afecta al cerebro y, conforme avanza, tiene efectos adversos sobre la memoria y, en general, para realizar de manera normal actividades cotidianas.

Esta es la conclusión a la que llegaron investigadores como David Holtzman y su equipo, quienes a través del artículo en Nature, dan cuenta de cómo el Lemborexant actúa directamente en una proteína situada en el cerebro denominada Tau.

Dicha proteína juega un papel fundamental en el desarrollo del Alzheimer (ésto ya se conocía desde años). Sin embargo, lo que hasta ahora no se sabía es cómo el Lemborexant actúa directamente sobre ésta.

Al respecto, en una entrevista concedida al portal de internet Science Alert, David Holtzman, el investigador principal, mencionó que “hemos demostrado que el Lemborexant mejora el sueño y reduce el tau anormal, que parece ser un factor principal del daño neurológico que observamos en el Alzheimer y varios trastornos relacionados”.

Por lo tanto, todo indica que un aumento anormal de las proteínas tau tiene un efecto directo en el deterioro cerebral. Y justamente el Lemborexant reduce de forma considerable la presencia de estas proteínas, las cuales, paradójicamente, también son importantes para el cerebro porque entre sus funciones destacan la de estabilizar los microtúbulos, unas estructuras que se encuentran en el interior de las neuronas y que, entre otras funciones, ayudan a proveerlas de nutrientes y de darles estructura.

Por otro lado, el inconveniente, o el problema, radica en que las proteínas tau, donde actúa el Lemborexant, no son las únicas que contribuyen a que surja el Alzheimer, ya que también existen otras: las beta-amiloides. Estas últimas, al contrario que las tau, se encuentran fuera de las neuronas y tienden a formar placas que, en exceso, son dañinas.

Redacción AN / MDS