La Inteligencia Artificial representa una herramienta para que médicos especialistas se enfoquen menos en tareas repetitivas y más en el contacto con los pacientes.
El campo de la radiología en México enfrenta una severa escasez de especialistas, un déficit que no solo prolonga los tiempos de espera de diagnósticos, sino también la atención de los pacientes. Ante esta realidad, plataformas de Inteligencia Artificial (IA) altamente especializadas emergen como una herramienta para aumentar la productividad de los médicos
De acuerdo con datos de la OCDE, solo existen 2.5 médicos por cada 1,000 habitantes, mientras que a nivel de especialidad hay 4,500 radiólogos para atender a 130 millones de personas en el país, esto significa que cada radiólogo tiene la posibilidad de atender a casi 29,000 personas.
Esta desproporción suma una problemática más, pues la población radiológica está envejeciendo, con un promedio de edad de 56 años.
Las consecuencias de esta falta de personal son palpables. Para una paciente con un tumor en el seno que requiere una mastografía en el sistema público, la respuesta puede ser de seis u ocho meses, una demora crítica para alrededor de 10,000 pacientes con un potencial cáncer cuyo tratamiento no se puede definir.
En 2022, solo el 54% de las mujeres con un diagnóstico confirmado de cáncer de mama fueron referidas a un centro oncológico, debido, en parte, a la falta de capacidad y especialistas en los servicios de salud, según cifras de la propia OCDE.

Superpoderes para el especialista
Frente a la crisis, la tecnología especializada busca dar “superpoderes” a los radiólogos disponibles para hacerlos “mucho más productivos”, ya que gran parte de su tiempo se consume en tareas repetitivas y administrativas.
“Pasan la mayoría de su tiempo escribiendo en lugar de viendo imágenes e interpretándolas”, señala Julián Ríos Cantú, CEO y cofundador de la empresa de tecnología médica Eden, es por ello que la IA puede automatizar estas labores repetitivas, haciendo que el médico “haga menos el trabajo repetitivo” y regrese a la esencia de su profesión: descifrar acertijos diagnósticos complejos y salvar vidas.
Eden recientemente lanzó AI Report, una plataforma basada en el uso de inteligencia artificial colaborativa para la creación de reportes clínicos en radiología, que permite a los especialistas dictar sus interpretaciones en voz alta mientras observan las imágenes médicas, y genera automáticamente reportes clínicos completos, precisos y adaptados al flujo de trabajo de cada especialista, lo que “aumenta hasta en un 50% su productividad”, detalla.
Ríos también apunta que la tecnología necesaria para abordar esta crisis de salud debe ser altamente especializada, diferenciándose de los modelos de lenguaje masivos y de uso general como ChatGPT o Gemini, pues estas herramientas se entrenan con datos generales de internet.
AI Report, explica, pasó por un refinamiento de “millones y millones de reportes radiológicos” que asegura que la tecnología sea “más precisa en el contexto y lenguaje radiológico que un modelo tradicional”.
Además de la precisión contextual, la seguridad y el control son prioridades, especialmente dado que los modelos de lenguaje tienen el defecto de producir alucinaciones de forma inherente, es decir, dar datos incorrectos o inventados, algo que se evita al tratarse de un sistema cerrado en el que no interfiere información de otras fuentes no especializadas.
Por otra parte, y más importante, usar modelos de lenguaje generales, como ChatGPT, para datos identificados de pacientes es “ilegal” bajo regulaciones como las de Estados Unidos (Ley de Responsabilidad y Portabilidad del Seguro Médico, HIPAA), ya que comprometen la anonimidad de los pacientes.
En este sentido, Ríos señala que la plataforma cuenta con una serie de filtros de seguridad que se garantiza mediante una doble capa de seguridad, pues el modelo solo ayuda a estructurar el reporte con base en lo que el médico observa y dicta, sin sugerir interpretaciones propias.
Además, el médico cuenta con “toda una interfaz de guía” que muestra exactamente qué agregó o qué quitó la inteligencia y, en última instancia, la responsabilidad médica es ineludible: “La firma del Médico radiólogo al final del reporte, lo hace un documento con validez”, por lo que la “responsabilidad final siempre está en las manos del médico radiólogo”.
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